Por Raphael Satter
WASHINGTON, 20 ene (Reuters) – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó a los trabajadores federales que vuelvan a la oficina cinco días a la semana, firmando un decreto frente a sus partidarios en el Capital One Arena de Washington el lunes.
La medida obligaría a un gran número de empleados de cuello blanco del gobierno a renunciar a los acuerdos de trabajo a distancia, revirtiendo una tendencia que despegó en las primeras etapas de la pandemia del COVID-19.
Algunos aliados de Trump han dicho que el mandato de vuelta al trabajo tiene por objeto ayudar a destripar el servicio civil, facilitando a Trump el reemplazo de los trabajadores del gobierno de larga data por otros leales.
En una breve declaración publicada en el sitio web de la Casa Blanca, Trump ordenó a todos los jefes de departamentos y agencias que, “tan pronto como sea posible, tomen todas las medidas necesarias para poner fin a los acuerdos de trabajo a distancia y exigir a los empleados que vuelvan a trabajar en persona en sus respectivos lugares de destino a tiempo completo, siempre que los jefes de departamentos y agencias hagan las excepciones que consideren necesarias”.
La orden de reincorporación al trabajo va acompañada de una congelación de las contrataciones y de la creación de un órgano consultivo -denominado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés)- que tiene por objeto ayudar a Trump a recortar grandes partes del Gobierno federal y eliminar algunas agencias al completo.
Los expertos afirman que el efecto agregado de los cambios será el despido de empleados públicos frustrados, un objetivo explícitamente perseguido por el equipo de Trump.
Elon Musk, presidente ejecutivo de Tesla -que preside el DOGE- predijo recientemente que revocar “el privilegio de la era COVID” del teletrabajo desencadenaría “una ola de ceses voluntarios que acogemos con satisfacción”.
No todos los trabajadores de la Administración estarían cubiertos. Una cuarta parte de la fuerza de trabajo federal está sindicalizada y muchos están cubiertos por acuerdos de negociación que permiten el trabajo a distancia o acuerdos híbridos.
Sin embargo, Russell Vought, el nominado de Trump para la Oficina de Gestión y Presupuesto, insinuó que hay en marcha planes para deshacer esos acuerdos, diciendo a los legisladores que los alcanzados durante el gobierno de Joe Biden fueron “un fenómeno preocupante que estamos mirando muy de cerca”.
Los republicanos llevan décadas ridiculizando a los empleados federales como burócratas perezosos; el movimiento Make America Great Again (MAGA) de Trump ha elevado las críticas al siguiente nivel, con el presidente llamando a los empleados federales “corruptos” y “deshonestos”.
Hubo vítores sostenidos cuando Trump firmó el decreto que ordena a los trabajadores volver a sus puestos. Trump sostuvo el documento en alto con una sonrisa irónica mientras los aplausos sonaban en todo el estadio.
(Reportaje adicional de David Shepardson; editado en español por Carlos Serrano)