Por Alexandra Valencia
QUITO, 4 feb (Reuters) – La violencia relacionada al narcotráfico que ha sacudido a Ecuador en los últimos años es una vez más el mayor problema para muchos votantes de cara a las elecciones del domingo, con el presidente Daniel Noboa promocionando cierto éxito pero sus rivales diciendo que se necesita hacer más.
Noboa, heredero de una importante fortuna empresarial que fue elegido en 2023 para un mandato truncado con la promesa de luchar contra la explosión del crimen, ha utilizado decretos presidenciales para desplegar militares en las calles y dentro de las cárceles y reforzar la seguridad en los puertos, declarando a 22 grupos criminales como terroristas.
Las sentencias por delitos de drogas y terrorismo se han vuelto más largas y los operativos de la fuerza pública han sido constantes. El resultado, dice, es una reducción del 15% en muertes violentas en 2024, una caída drástica de muertes en las cárceles -donde los disturbios que antes eran comunes se han vuelto raros- y la captura de líderes de las bandas criminales.
Sus oponentes, incluida la izquierdista Luisa González, a quien enfrentó en la segunda vuelta de 2023, argumentan que no es suficiente. La candidata señala que respondería al crimen con grandes operaciones militares y policiales, perseguiría a los jueces y fiscales supuestamente corruptos y daría a las fuerzas del orden mejor tecnología.
También quiere implementar un plan de gasto social en las áreas más violentas.
La postura dura de los principales candidatos refleja un cambio en América Latina en general, donde los líderes se están alejando de examinar las causas profundas del crimen hacia una postura más punitiva que permite menor tolerancia a la actividad desenfrenada de las bandas, a menudo a expensas de las libertades civiles.
Los votantes, desesperados por tener seguridad y mejores oportunidades de empleo, se muestran receptivos y algunas encuestas sitúan a Noboa, de 37 años, cerca de un triunfo en la primera vuelta.
“El presidente debe terminar el proyecto político que ha ofrecido, debe terminar con la mafia, el narcotráfico, la inseguridad y por eso le apoyo para cuatro años más”, dijo Rosa Torres, de 47 años y dueña de un negocio en la ciudad andina de Cayambe. “Los militares tienen que seguir en las calles”.
Una campaña centrada en el tema emblemático de Noboa le ha permitido dominar el debate, disipando las dudas iniciales sobre su permanencia y potencialmente dando paso a seguir con despliegues militares y una cooperación internacional profunda contra el crimen si gana un mandato completo de cuatro años.
Para el director de la firma de riesgo político Prófitas, Cristian Carpio, el “apoyo importante” de la fuerza del orden que ha logrado obtener Noboa le da credenciales para posicionar sus mensajes.
“El presidente quiere mostrar que ha tenido poco tiempo, pero pese al poco tiempo ha tenido acciones en materia de seguridad y lucha contra la corrupción”, añadió.
Noboa sostiene que necesita más tiempo en el cargo para implementar su plan de seguridad “Fénix” y otras promesas en materia de seguridad y empleo.
“Nos hemos plantado fuerte porque Ecuador necesita este cambio”, agregó en un mitin en la provincia de Santa Elena a fines de enero. “El resto (candidatos) no tiene la menor idea de lo que se está haciendo, nosotros hemos dado una muestra que con muy pocos recursos, con un país quebrado, hemos podido darle vuelta a las cosas”.
¿VICTORIA EN PRIMERA VUELTA?
Noboa busca ganar en la primera vuelta -para lo que necesitaría obtener más del 50% de los votos válidos o al menos el 40% y 10 puntos por delante de su rival más cercano-, y dos encuestas indica que podría lograrlo.
Otros sondeos apuntan a una segunda vuelta en abril con González, una protegida del expresidente Rafael Correa, que sigue siendo una figura política importante aunque vive en Bélgica y está condenado por cargos de corrupción, que él niega.
Sus oponentes aseguran que no ha cumplido promesas como la instalación de barcos-prisión para albergar a los convictos más peligrosos y que un aumento del impuesto al valor agregado para financiar la seguridad no ha dado frutos.
“No le faltó tiempo, le faltó decir la verdad, le faltó conocimiento, capacidad, experiencia y sobre todo amor por la gente y por la Patria”, dijo González en un mitin en la ciudad de Latacunga el 27 de enero. “Está muriendo asesinada una persona por hora, pero tal vez para ellos (el gobierno de Noboa)es sólo un número”.
A pesar de la disminución del año pasado en la tasa de muertes violentas, según cifras del gobierno, González menciona un reciente repunte.
Cifras publicadas en medios locales, citando a la policía, indican que se registraron 658 muertes violentas entre el 1 y el 26 de enero, uno de los niveles más altos del mes en los últimos tres años y 220 más que en enero del año pasado. La policía no respondió a una solicitud de comentarios de Reuters.
Otros candidatos están abogando por la pena de muerte o cadena perpetua para asesinos y violadores, depuración de las fuerzas del orden, más bases militares en las fronteras de Ecuador y construcción de nuevas cárceles.
Grupos locales de derechos civiles han expresado su preocupación por la necesidad de garantías. Y muchas de las ofertas de los candidatos requerirían cambios constitucionales y enfrentarían aprobaciones difíciles en una Legislatura dividida.
Noboa afirma que ya está implementando otras, como el despliegue de las fuerzas armadas, una seguridad más estricta en los puertos y construcción de nuevas cárceles.
“Al sostener su narrativa de mano dura, los candidatos no sólo legitiman lo que viene haciendo Noboa, todos apuntan a que lo que está haciendo Noboa estaría bien”, dijo el analista político independiente Alfredo Espinoza. “Parece que no tienen otras alternativas”.
(Reporte de Alexandra Valencia; Editado por Javier Leira)