LONDRES, 19 feb (Reuters) – La inflación británica se aceleró más de lo previsto, alcanzando un máximo de 10 meses del 3,0% en enero, y es probable que siga subiendo a corto plazo, poniendo a prueba la confianza del Banco de Inglaterra en que las presiones sobre los precios sigan una senda descendente a largo plazo.
Los economistas encuestados por Reuters esperaban una inflación general del 2,8%, superior a la de diciembre (2,5%), debido, entre otros factores, al aumento del tope en las tarifas de autobús y a un gravamen fiscal sobre las matrículas de los colegios privados impuesto por el Gobierno del primer ministro Keir Starmer.
El Banco de Inglaterra también había previsto una tasa de inflación para enero del 2,8%.
El banco central prevé que la inflación de los precios al consumo alcance un máximo del 3,7% en el tercer trimestre de este año, impulsada sobre todo por el aumento de los costes de la energía y las tarifas reguladas de artículos como el suministro de agua para uso doméstico.
Sin embargo, el gobernador Andrew Bailey y sus colegas afirman que es probable que la ralentización del mercado laboral mantenga a raya las mayores demandas salariales este año, tras una aceleración a finales de 2024, limitando el riesgo de una acumulación de presiones inflacionistas.
La libra esterlina subió tras la publicación de las cifras antes de volver rápidamente a su nivel anterior a la publicación.
(Redacción de William Schomberg; edición de Kate Holton y David Milliken; editado en español por Tomás Cobos)