El temor a la “estanflación” acecha a EEUU pese a la agenda procrecimiento de Trump

Por Suzanne McGee y Davide Barbuscia

20 feb (Reuters) – La persistente inflación y las políticas comerciales agresivas del presidente Donald Trump han reavivado el temor a una estanflación, una preocupante mezcla de expansión lenta e inflación alta que Estados Unidos sufrió en la década de 1970, pese a que los mercados ven positivamente la agenda del Gobierno a favor del crecimiento.

El posible retorno de la estanflación, que presionaría a toda una serie de activos, se ha señalado periódicamente en los últimos 50 años, pero no se ha materializado como una amenaza real para las carteras de los inversores.

Si bien los economistas y los gestores de carteras no están preparados para afirmar que esta vez sea diferente, el temido escenario se presenta de nuevo como un riesgo para los inversores en las últimas semanas, a medida que la perspectiva de guerras comerciales y aranceles punitivos ensombrecen las perspectivas de crecimiento de Estados Unidos.

“La estanflación definitivamente ha resurgido como una posibilidad porque tenemos estas políticas que podrían dañar la demanda de los consumidores, incluso cuando la inflación persistente limita la capacidad de maniobra de la Reserva Federal”, dijo Jack McIntyre, gerente de cartera de las estrategias de renta fija de Brandywine Global. “Ya no es un escenario de probabilidad cero, ni mucho menos”.

Una pieza importante del rompecabezas de la estanflación -la inflación que se niega a enfriarse- se mostró más claramente a principios de este mes, cuando los datos del Gobierno indicaron que los precios al consumidor subieron en enero a su ritmo mensual más rápido desde agosto de 2023, llevando la tasa anual al 3%.

La otra pieza del rompecabezas, el crecimiento económico de Estados Unidos, pende de un hilo, con los aranceles de Trump amenazando con añadir una presión inflacionista que podría inclinar la balanza.

“Lo que nos preocupa más que el riesgo de inflación es la estanflación”, dijo Tim Urbanowicz, estratega jefe de inversiones de Innovator Capital Management. “Hay que lidiar con esa base persistente de inflación, pero además de eso, los aranceles tienen el potencial de ralentizar la economía al convertirse en un impuesto sobre los consumidores y pesar sobre las ganancias y el crecimiento económico”.

Una encuesta realizada el martes por Bank of America entre gestores de fondos de todo el mundo mostró que la proporción de inversores que esperan estanflación -definida por el banco como un crecimiento por debajo de la tendencia y una inflación por encima- durante el próximo año se situó en su nivel más alto en siete meses. Al mismo tiempo, los inversores se mantuvieron alcistas sobre las acciones, con una guerra comercial vista como un riesgo de baja probabilidad, mostró la encuesta.

Aunque a principios de febrero Trump pospuso durante un mes la imposición de nuevos aranceles a las importaciones procedentes de Canadá y México, ha puesto en marcha un nuevo gravamen del 10% a todas las importaciones chinas y ha anunciado aranceles a las importaciones mundiales de acero y aluminio.

También ha encargado a su equipo económico que elabore planes para imponer aranceles recíprocos a todos los países que gravan las importaciones estadounidenses, y esta semana dijo que planea introducir un impuesto aduanero del 25% a las importaciones de automóviles, semiconductores y productos farmacéuticos.

Algunos inversores creen que cualquier golpe al crecimiento derivado de los aranceles sería temporal.

En un horizonte a más largo plazo, los aranceles podrían incluso fomentar el crecimiento, dijo Maddi Dessner, responsable de servicios de Capital Group, porque impulsaría industrias que se beneficiarán de una menor competencia mundial. Por otro lado, su impacto inicial podría aumentar las presiones sobre los precios.

“La verdad es que probablemente se sitúe en algún punto intermedio”, dijo, añadiendo que los aranceles son en parte la razón por la que Capital Group prevé ahora unos rendimientos del Tesoro a 10 años del 3,9% en un horizonte de 20 años, frente a una previsión del 3,7% el año pasado.

AÚN NO

La estanflación surgió como una fuente de ansiedad en 2022, cuando las tasas de inflación se dispararon y los precios de las acciones y los bonos se desplomaron, pero ese escenario no se materializó ya que la inflación finalmente se enfrió y el crecimiento se mantuvo.

Muchos creen que la economía estadounidense volverá a alejarse de la estanflación.

La llamada inflación subyacente, en torno al 3%, es mucho menor que en la década de 1970, cuando la tasa anual subyacente rondaba el 7%. Esta vez, las expectativas de inflación permanecen “ancladas”, lo que significa que el panorama de la inflación de largo plazo no fluctúa alocadamente con cada nuevo dato económico, dijo Evercore ISI en una nota reciente.

Aun así, Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics, advirtió de que el mercado podría estar subestimando los riesgos de estanflación. La perspectiva de deportaciones a gran escala de trabajadores sin visados u otros documentos de trabajo, otra promesa de campaña de Trump, también avivaría la inflación, señaló.

“Los aranceles y las deportaciones son una receta para la inflación y perjudican el crecimiento; ambos son shocks de oferta negativos”, dijo, y añadió que un aumento del precio del crudo fue un golpe similar que contribuyó a la estanflación de la década de 1970.

Guneet Dhingra, jefe de estrategia de tasas estadounidenses en BNP Paribas, dijo que el mercado ha sido “complaciente” en los últimos seis meses, centrándose en las políticas procrecimiento de Trump.

Los inversores recelosos de la estanflación, agregó, podrían vender bonos del Tesoro a dos años, que probablemente perderían valor debido a una mayor inflación, y comprar bonos del Tesoro a 10 años que se beneficiarían en un escenario de bajo crecimiento.

El creciente interés en el oro, que alcanzó otro máximo histórico el miércoles, sugiere que algunos inversores están preocupados, ya que el metal es uno de los pocos activos que mantienen su valor en un entorno de estanflación, dijo Matthew Bartolini, jefe de SPDR Americas Research en State Street Global Advisors.

El otro gran vencedor sería el efectivo, dijo McIntyre, de Brandywine, pero añadió que por ahora se abstenía de hacer grandes cambios hacia instrumentos de renta fija similares al efectivo.

“Aún no he llegado a ese punto”, dijo McIntyre.

(Reporte de Suzanne McGee y Davide Barbuscia; edición en español de Javier López de Lérida)

tagreuters.com2025binary_LYNXNPEL1J0KV-VIEWIMAGE