SOPOT, POLONIA, 21 feb (Reuters) – Tres años después de que la llegada del ejército ruso la obligara a abandonar su hogar en el este de Ucrania para refugiarse en Polonia, Oksana Sapronova y otros refugiados temen que las pérdidas sufridas por su patria en el campo de batalla acaben siendo en vano.
“No quiero pensar que nuestros muchachos murieron en esta guerra en vano”, dijo esta ucraniana de 41 años, sentada con otras ucranianas en un café junto a la playa de la ciudad báltica de Sopot, en el norte de Polonia.
Su hermano lucha en el frente desde que Moscú envió soldados y tanques a Ucrania en febrero de 2022 para lo que denominó una “operación militar especial”.
A Sapronova, como a muchos ucranianos, le preocupa que las conversaciones de esta semana entre altos cargos estadounidenses y rusos —sin asiento para Ucrania en la mesa— puedan obligar a Ucrania a hacer dolorosas concesiones territoriales y dejarla vulnerable a nuevos avances rusos.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha cambiado drásticamente el enfoque de Washington hacia el conflicto, entablando un diálogo directo con el presidente ruso, Vladimir Putin, ejerciendo presión para llegar a un acuerdo rápido que ponga fin a la guerra y llamando “dictador” al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
La repentina ruptura entre los otrora firmes aliados ha hecho tambalearse las esperanzas de los ucranianos de alcanzar un acuerdo de paz que preserve la integridad territorial del país y ofrezca sólidas garantías de seguridad. Zelenski y otros dirigentes ucranianos han dicho en repetidas ocasiones que Kiev no aceptará ningún acuerdo hecho a sus espaldas.
“¿Debemos volver a creer a Rusia y Estados Unidos que estaremos a salvo? Ya nos engañaron una vez”, dijo Olha Shkapa, que tiene 45 años y es de Kiev, refiriéndose a las secuelas del colapso de la Unión Soviética en 1991.
Kiev renunció a las armas nucleares que heredó de la Unión Soviética en virtud de un acuerdo de 1994, el Memorando de Budapest, a cambio de garantías de seguridad por parte de Rusia, Estados Unidos y Reino Unido.
EL DESTINO DE LAS REGIONES DEL ESTE
El destino de las regiones ocupadas por Rusia en el este del país podría ser una parte crucial de cualquier futuro acuerdo de paz.
En junio del año pasado, Putin expuso su postura sobre el territorio, afirmando que Ucrania debía retirar sus efectivos de las cuatro regiones ucranianas reclamadas y controladas en su mayoría por Rusia.
Shkapa dijo que perder las regiones orientales significaría que “no tendría sentido la muerte de tantos civiles y soldados”.
Sapronova dijo que tenía la esperanza de que las zonas ocupadas volvieran a pertenecer a Ucrania, pero no tiene planes de regresar a su ciudad natal de Zaporiyia desde Polonia, donde se siente asentada y ha reanudado su negocio de costura.
“El país está en ruinas (…). Para mí no hay nada a lo que volver”, dijo Sapronova, que añadió que espera un futuro mejor para su hija.
“Me gustaría que viviera en un país que no se reconstruirá en los próximos 10 años a causa de la guerra”, dijo.
(Información de Anna Lubowicka y Malgorzata Wojtunik; edición de Alan Charlish y Helen Popper; edición en español de Mireia Merino)