Papa Francisco se enfrenta a una larga y tensa lucha por su recuperación, según médicos

Por Crispian Balmer y Alvise Armellini

CIUDAD DEL VATICANO, 7 mar (Reuters) – Tres semanas después de su ingreso en el hospital Gemelli de Roma, el papa Francisco sigue luchando por recuperarse de la doble neumonía que ha golpeado su ya frágil salud.

El pontífice, de 88 años, no ha sido visto en público desde que ingresó en el hospital, y el Vaticano no ha dado ninguna indicación de cuándo podría salir, o cuándo podría reanudar algo parecido a su habitualmente exigente agenda de trabajo.

El camino hacia la recuperación será probablemente largo y estará plagado de peligros, según expertos médicos que no están implicados en su cuidado y que hablaron en términos generales sobre su estado.

“He visto pacientes que han pasado meses en el hospital en este tipo de situación. Por supuesto que puede recuperarse, pero las probabilidades de un desenlace negativo son altas”, afirmó el profesor Christoph Lange, secretario general de la Unión Internacional Contra la Tuberculosis y las Enfermedades Respiratorias.

“El mejor consejo sería dejarle descansar, que se tome el tiempo que necesite para recuperarse”, declaró a Reuters.

El jueves por la noche, el pontífice publicó un breve mensaje de audio en el que daba las gracias a todos los que rezaban por él. Su voz era entrecortada y difícil de entender.

El Vaticano ha publicado actualizaciones diarias del equipo médico del papa, rompiendo tabúes anteriores de la Iglesia al proporcionar una evaluación detallada y en tiempo real de la salud del pontífice.

En lo que se consideró un avance positivo, sus médicos dijeron el jueves que, dada su estabilidad clínica, darían su próximo boletín el sábado, saltándose el viernes.

Sin embargo, siguieron advirtiendo de que su pronóstico general seguía siendo reservado, como todos los días desde el 22 de febrero, lo que significa que aún no está fuera de peligro.

Loredana Sarmati, catedrática de Enfermedades Infecciosas de la Universidad Tor Vergata de Roma, afirmó que sólo se podrá empezar a hablar de recuperación cuando se levante el pronóstico reservado.

“Una neumonía de esta magnitud es un reto incluso para una persona joven. Aquí estamos hablando de un anciano y sobre todo de un hombre que ya en meses anteriores tuvo problemas respiratorios”, dijo. “La neumonía puede tardar semanas y semanas en curarse”.

La enfermedad actual es la más grave de varias dolencias respiratorias que ha tenido el papa en los últimos años. De joven le extirparon parte de un pulmón tras sufrir pleuresía.

ALTIBAJOS

El Vaticano ha informado de que el Francisco ha sufrido cuatro ataques de disnea desde el 22 de febrero. El último fue el 3 de marzo, causado por una importante acumulación de mucosidad en los pulmones, lo que sugiere que no tenía fuerza muscular para expulsar las secreciones.

Los médicos que observaron la situación se tranquilizaron al ver que no se había repetido el episodio desde el lunes. Asimismo, afirmaron que era tranquilizador que no hubiera tenido fiebre desde el 14 de febrero y que, según el Vaticano, sus análisis de sangre se hubieran mantenido estables.

Sin embargo, el hecho de que su estado general fuera estacionario después de tres semanas de tratamiento intensivo, incluyendo antibióticos, no era tranquilizador, dijo un médico de alto nivel que se retiró recientemente del Gemelli y declinó dar su nombre debido a sus vínculos con el hospital que atiende al papa.

El médico, que no ha visto el historial médico de Francisco, dijo que los médicos normalmente esperarían ver una mejora después de tantos días y agregó que cada crisis respiratoria habría puesto una enorme tensión en el corazón del papa.

El Vaticano ha dicho en repetidas ocasiones que los parámetros que miden su sistema circulatorio permanecen estables.

Francisco ha estado recibiendo oxígeno suplementario casi constante durante las últimas dos semanas, ya sea a través de una máscara de respiración o una pequeña manguera debajo de su nariz.

Si su estado se deteriorara, el siguiente paso podría consistir en sedarle y colocarle un tubo de oxígeno en la garganta.

Sin embargo, esto sería el último recurso para un hombre tan anciano, según los expertos médicos. También se necesitaría la autorización del papa, lo que plantea interrogantes sobre el nivel de tratamiento que estaría dispuesto a aceptar.

Se desconoce si Francisco ha dado instrucciones sobre su futuro cuidado. En un mensaje a la Asociación Médica Mundial en 2017 abordó cuestiones relacionadas con el final de la vida, diciendo que era moralmente legítimo retirar el “tratamiento demasiado entusiasta”.

La Iglesia católica enseña que es obligatorio proporcionar a los pacientes cuidados que salven su vida, pero también permite que un paciente o sus cuidadores rechacen procedimientos “gravosos” o “desproporcionados” para mantener con vida a un enfermo terminal.

Como paso hacia su rehabilitación, el Vaticano ha dicho que el papa ha estado recibiendo terapia respiratoria para mejorar su función pulmonar desde al menos el 26 de febrero.

También está recibiendo fisioterapia para tratar de superar los efectos de su estancia hospitalaria más larga desde que se convirtió en Papa hace 12 años.

“Es una carrera contrarreloj por la pérdida de estructura muscular”, dijo Lange.

Aunque el Vaticano afirma que Francisco ha pasado largos periodos en un sillón, no está claro si puede caminar o mantenerse en pie sin ayuda.

(Crispian Balmer, Alvise Armellini y Emilio Parodi; Editado en español por Juana Casas)

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