Por Guy Faulconbridge y Marina Bobrova
MOSCÚ, 12 mar (Reuters) -El Kremlin dijo el miércoles que necesitaba recibir la información de Estados Unidos sobre el resultado de las conversaciones entre Estados Unidos y Ucrania en Arabia Saudí antes de decir si una propuesta de alto el fuego era aceptable para Rusia.
Tras más de ocho horas de conversaciones con representantes ucranianos en Yeda el martes, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, dijo que Estados Unidos llevaría a Rusia una oferta de alto el fuego de 30 días en Ucrania, aceptada por responsables ucranianos.
Estados Unidos acordó el martes reanudar la ayuda militar y la inteligencia y entablar conversaciones bilaterales con Moscú, un giro de la antigua política estadounidense sobre Ucrania.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo a los periodistas que Rusia estaba a la espera de recibir información de Washington. No descartó la posibilidad de una llamada telefónica entre los presidentes Vladimir Putin y Donald Trump, que dijo podría organizarse muy rápidamente si fuera necesario.
Una fuente rusa de alto nivel dijo a Reuters que Rusia necesitaría negociar los términos de cualquier alto el fuego y obtener algún tipo de garantías.
“Es difícil que Putin acepte esto en su forma actual”, dijo a Reuters la fuente, que habló bajo condición de anonimato debido a lo delicado de la situación. “Putin tiene una posición fuerte porque Rusia está avanzando (en Ucrania)”.
Rusia controla algo menos de una quinta parte de Ucrania, unos 113.000 kilómetros cuadrados, y lleva meses avanzando. Ucrania se apoderó de una franja del oeste de Rusia en agosto como moneda de cambio, pero su control en esa zona se está debilitando, según los mapas de fuentes abiertas de la guerra y estimaciones rusas.
La invasión rusa de Ucrania en 2022 ha dejado cientos de miles de muertos y heridos, ha desplazado a millones de personas y ha desencadenado el mayor enfrentamiento entre Moscú y Occidente desde la crisis de los misiles de Cuba de 1962.
(Información adicional de Reuters en Moscú y Lidia Kelly en Melbourne; edición de Tom Hogue y Philippa Fletcher; edición en español de María Bayarri Cárdenas y Jorge Ollero Castela)