Por Marco Aquino, Lisandra y Paraguassu
LIMA/BRASILIA, 16 abr (Reuters) -El expresidente peruano Ollanta Humala pasó su primera noche en una prisión donde están recluidos otros dos exjefes de Estado, mientras su esposa llegó el miércoles a Brasil tras solicitar asilo, un día después de que ambos fueron condenados a 15 años por lavado de activos.
Nadine Heredia había partido en la madrugada junto a uno de los tres hijos que tuvo con Humala en un avión enviado por el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que le concedió asilo, afirmó su abogado Julio Espinoza.
El Ministerio de Asuntos Exteriores en Brasil dijo que Heredia llegó a Brasilia, y su abogado señaló que luego viajará a Sao Paulo.
Humala, un militar retirado de centroizquierda de 62 años, fue condenado por lavado de activos tras recibir dinero ilícito de empresas brasileñas para su campaña política del 2011, cuando ganó la presidencia, cargo que ejerció hasta el 2016.
El exmandatario fue trasladado la noche del martes a la prisión, acondicionada para albergar a exmandatarios dentro de la sede de una unidad de operaciones especiales de la policía, ubicada en un barrio pobre de Lima y donde están los expresidentes Alejandro Toledo y Pedro Castillo.
En la misma prisión estuvo 16 años el exmandatario Alberto Fujimori hasta fines del 2023, tras ser liberado por un polémico indulto. Condenado a 25 años por abusos a los derechos humanos en su gestión (1990-2000), Fujimori murió en septiembre a los 86 años.
El jefe del instituto penitenciaro de Perú (INPE), Javier Llaque, dijo que en la prisión policial llamada Barbadillo cada interno tiene su propia celda y con las mismas condiciones.
“Ya está instalado (Humala) como corresponde”, afirmó.
“Siempre hay espacio para un interno mas”, agregó a periodistas ante la consulta respecto a si el penal podría albergar algún otro expresidente condenado.
Toledo, de 79 años y que gobernó el país entre 2001 y 2006, está cumpliendo una condena de 20 años desde el año pasado, acusado de recibir 35 millones de dólares en sobornos de Odebrecht a cambio de obras públicas.
En tanto Castillo, de 55 años, cumple una prisión preventiva mientras la justicia lo procesa por el delito de rebelión, tras intentar disolver el Congreso de forma ilegal a fines del 2022.
Tras el ingreso de Castillo a prisión, su esposa Lilia Paredes y sus dos hijos consiguieron asilo político en México.
Los expresidentes en la prisión policial podrían aumentar, debido a que Pedro Pablo Kuczynski y Martín Vizcarra enfrentan investigaciones judiciales por corrupción.
La presidenta Dina Boluarte, cuyo gobierno termina en 2026, tiene asimismo investigaciones de presunto enriquecimiento ilícito vinculado al uso de relojes Rolex, la muerte de decenas de personas durante protestas y por “abandono de cargo” tras una cirugía en la nariz sin informar al Congreso.
Perú ha tenido seis presidentes desde 2018 debido a renuncias o destituciones en juicios políticos a sus mandatarios envueltos en casos de corrupción o presunto abuso de poder.
(Reporte de Marco Aquino, con reporte adicional de Lisandra Paraguassu en BrasiliaEditado por Javier Leira)