MADRID/LISBOA, 28 abr (Reuters) -España y Portugal sufrieron el lunes un apagón generalizado que paralizó el transporte público, dejó aviones en tierra, detuvo el transporte público, provocó compras de pánico y tenía a los dos países tratando de devolver el suministro eléctrico a millones de hogares y empresas.
Algunos hospitales interrumpieron su trabajo, los comercios cerraron sus puertas y los gobiernos de ambos países convocaron reuniones de emergencia mientras trataban de averiguar la causa del apagón masivo que se produjo en torno a las 1033 GMT.
“Todavía no tenemos información concluyente sobre los motivos de este corte”, dijo el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.
Testigos de Reuters dijeron que la electricidad había empezado a volver en zonas del País Vasco y Barcelona a primera hora de la tarde. No estaba claro cuándo podría restablecerse el suministro de forma más generalizada.
Los hospitales de Madrid y Cataluña suspendieron todas sus actividades médicas rutinarias, pero seguían atendiendo a pacientes críticos con generadores de emergencia.
Varias refinerías de petróleo españolas cerraron y algunos comercios minoristas cerraron en ambos países.
“No entiendo nada. No sé a quién acudir. Mi hija en Barcelona va a dar a luz. Vamos a perder la conexión para llegar allí”, dijo Ángeles Álvarez, una viajera varada frente a la estación de trenes de Atocha, en Madrid.
Imágenes de un supermercado madrileño mostraban largas filas en las cajas y estanterías vacías mientras la gente se apresuraba a abastecerse de productos básicos.
El Banco de España dijo que la banca electrónica funcionaba adecuadamente en los sistemas de reserva, aunque los residentes también informaron que las pantallas de los cajeros automáticos se habían quedado en blanco.
En un video publicado en la red social X, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, instó a los habitantes de la ciudad a minimizar sus desplazamientos y permanecer donde estaban.
En Portugal, el proveedor de agua EPAL dijo que el suministro de agua también podría verse interrumpido, y se formaron filas en las tiendas de personas que buscaban comprar suministros de emergencia como luces de gas, generadores y baterías.
La principal compañía eléctrica portuguesa, EDP, comunicó a sus clientes que no tenía previsto cuándo se “normalizaría” el suministro de energía, según el diario Publico. Advirtió de que podría tardar varias horas.
Algunas zonas de Francia también sufrieron un breve apagón. RTE, el operador de la red francesa, dijo que había tomado medidas para suministrar electricidad a algunas zonas del norte de España.
CAOS
Los operadores energéticos intentaban restablecer el servicio, pero Red Eléctrica, la empresa española de transporte de electricidad, dijo más temprano que el apagón podría durar hasta 10 horas. Las autoridades dijeron que no se descarta la posibilidad de un ciberataque.
El apagón provocó caos en algunas zonas de Portugal y España, ya que los semáforos dejaron de funcionar y hubo atascos. Las redes de transporte se detuvieron, y la gente quedó atrapada en el metro y en los ascensores.
En Madrid, cientos de personas se apostaron en las calles frente a los edificios de oficinas y hubo una fuerte presencia policial alrededor de algunos edificios importantes, con agentes dirigiendo el tráfico y circulando por los atrios centrales con luces.
En la Caja Mágica, los partidos del Masters de Madrid se suspendieron, lo que obligó a los tenistas Grigor Dimitrov, decimoquinto cabeza de serie, y a su oponente, el británico Jacob Fearnley, a abandonar la pista mientras los marcadores se quedaban a oscuras y las cámaras aéreas perdían potencia.
Los cortes de electricidad de esta magnitud son poco frecuentes en Europa. En 2003, un problema en una línea hidroeléctrica entre Italia y Suiza provocó un gran apagón en toda la península italiana durante unas 12 horas.
En Madrid, el aire se inundó del sonido de las sirenas de la policía y los helicópteros sobrevolaban la ciudad.
(Reporte de Emma Pinedo, Jesús Aguado, Andrei Khalip, Catarina Demony, Aislinn Laing y Dominique Patton; escrito por Nina Chestney; editado en español por Benjamín Mejías, María Bayarri y Javier Leira)