El BCE defenderá las políticas de estímulo aplicadas en la revisión de su estrategia

FRÁNCFORT (Reuters) – El Banco Central Europeo (BCE) defenderá su agresiva política de estímulo de la última década en una revisión de su estrategia, eludiendo las llamadas a la autocrítica tras una racha de alta inflación y pérdidas considerables, según han declarado a Reuters varios responsables de política monetaria del BCE.

La revisión, que comenzó en marzo, abordará algunos asuntos importantes sobre la forma de trabajar del BCE, incluyendo si las compras masivas de bonos, los tipos de interés negativos y la orientación sobre la futura trayectoria de los tipos siguen siendo buenas herramientas.

Las conversaciones que han mantenido con los responsables de política monetaria del BCE sugieren que el banco central de la zona euro refrendarán en gran medida su anterior generosidad, introduciendo solo pequeños cambios en un documento estratégico que se actualizó por última vez hace cuatro años. Apenas criticará las medidas que adoptó durante el repentino aumento de la inflación registrado en 2021-2022.

En particular, es probable que el BCE mantenga una referencia a la necesidad de una acción “especialmente enérgica o persistente”, un sinónimo de flexibilización cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés) mediante la compra de bonos y otras medidas de estímulo,  cuando la inflación y los tipos de interés están por los suelos, dijeron las fuentes, que pidieron no ser citadas porque la revisión aún está en curso.

Un portavoz del BCE no quiso hacer comentarios.

El gobernador del banco central belga, Pierre Wunsch, ha dicho que el BCE debería discutir la eliminación de esa cláusula. Su homólogo neerlandés, Klaas Knot, y la alemana Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, han defendido que las compras de bonos deberían utilizarse con más moderación en el futuro, argumentando que las series cortas de QE son efectivas, pero que las largas resultan demasiado costosas.

En un retiro celebrado en Oporto los días 6 y 7 de mayo, se presentó a los dirigentes monetarios un documento preliminar sobre la estrategia y se hicieron sugerencias sobre posibles cambios que se incorporarán en las próximas semanas, según las fuentes. Es probable que el documento se finalice a principios de verano boreal.

En Oporto, el personal del BCE presentó un análisis sobre los efectos de las políticas de estímulo del banco central, concluyendo que estos programas habían sido beneficiosos y deberían seguir formando parte de la caja de herramientas del BCE en el futuro.

Hubo acuerdo general, sin embargo, en que la llamada “orientación anticipada” sobre los tipos de interés debería utilizarse con calma, después de que llevara al BCE a reaccionar demasiado tarde ante el repunte de la inflación en 2021-22.

Las conclusiones preliminares de la revisión habían dejado insatisfechos a algunos gobernadores, que esperaban una retrospectiva más crítica de estas políticas.

No obstante, las fuentes señalaron que la discusión había sido colegiada, sin fisuras abiertas, lo que sugiere que el documento podría ser aprobado por un amplio consenso.

También es probable que el documento de estrategia diga que el BCE está operando en un entorno de gran incertidumbre y reafirme su compromiso con un objetivo de inflación “simétrico” del 2%, lo que significa que los excesos y los rebasamientos son igualmente indeseables.

Al crear grandes cantidades de reservas mediante la compra de bonos para evitar la deflación durante una década de crisis, el BCE se preparó a sí mismo y a los 20 bancos centrales nacionales de la zona euro para sufrir pérdidas una vez que la inflación y los tipos subieran.

En la actualidad, los bancos centrales del bloque pagan un tipo de interés del 2,25% por unos 2,8 billones de euros (3,11 billones de dólares) en reservas bancarias.

Aunque obtener beneficios no es el objetivo de un banco central, las pérdidas privan a los gobiernos de ingresos por dividendos, alimentan las críticas a la institución y pueden acabar erosionando la confianza del público.

(1 dólar = 0,8992 euros)

(Edición de Catherine Evans; edición en español de María Bayarri Cárdenas)

tagreuters.com2025binary_LYNXMPEL4C06J-VIEWIMAGE