FRÁNCFORT (Reuters) -Una guerra comercial mundial, la volatilidad de los mercados financieros y los elevados niveles de deuda son los tres principales riesgos a los que se enfrenta la economía de la zona euro, dijo el jueves el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, en un avance del próximo informe del banco sobre estabilidad financiera.
La economía de la zona euro parece estar resistiendo bien a pesar de una serie de aranceles estadounidenses que desataron la volatilidad de los mercados financieros el mes pasado, pero el bloque todavía se enfrenta a barreras comerciales que podrían obstaculizar el crecimiento dada su gran dependencia del comercio.
La Revisión de Estabilidad Financiera bianual del Banco Central Europeo, prevista para el 21 de mayo, también se centrará en cómo la agitación global desatada desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, asumiera el cargo podría perjudicar a la zona euro, a la que pertenecen 20 países, dijo de Guindos.
“Los riesgos para el crecimiento derivados de las tensiones comerciales, combinados con un mayor gasto en defensa, pueden limitar el espacio fiscal disponible para proteger a la economía de perturbaciones adversas, abordar los retos estructurales asociados al cambio climático, la digitalización y la baja productividad, y gestionar las implicaciones económicas del envejecimiento de la población”, dijo en un discurso.
Aunque los mercados de renta variable se vendieron tras el anuncio de los aranceles a principios de abril, en su mayoría han repuntado y las valoraciones pueden no estar en sintonía con los riesgos potenciales.
“Al igual que ocurre con las primas de riesgo de los mercados de renta variable, los diferenciales de crédito siguen comprimidos y no parecen estar en sintonía con los elevados niveles de incertidumbre geopolítica y política monetaria”, dijo de Guindos.
“Existe el riesgo de que los inversores estén subestimando e infravalorando la probabilidad y el impacto de escenarios adversos.”
Las tensiones comerciales repercutirán en el crecimiento a través de una menor confianza e, incluso si hay una resolución política, es probable que las empresas y los hogares frenen el gasto como medida de precaución, añadió de Guindos.
Es probable que los Estados aumenten el gasto tanto para apuntalar el crecimiento como para hacer frente a los crecientes compromisos en materia de defensa, pero los niveles de deuda ya son elevados y los costes del servicio de la deuda podrían poner a prueba las finanzas públicas, incluso antes de que los Estados aborden otros problemas estructurales.
(Información de Balazs Koranyi; edición de Alex Richardson y Gareth Jones; edición en español de Jorge Ollero Castela)