Por Mahmoud Issa
CIUDAD DE GAZA, 1 ago (Reuters) – Nasma Ayad, que acaricia el pelo de su hija demacrada en la cama de un hospital de la ciudad de Gaza, dice que teme que se acabe el tiempo para evacuar médicamente a la desnutrida niña de ocho años y evitar así el destino de su hermana, que murió el mes pasado.
“Siento que estoy perdiendo lentamente a mi hija, día tras día; todo lo que sufre se multiplica”, dijo Ayad.
Con escasos suministros médicos y alimentos limitados, el tratamiento de los niños palestinos desnutridos con afecciones complicadas en la Gaza asolada por la guerra es cada vez más difícil, según el personal médico y las agencias humanitarias.
Jana recibió tratamiento contra la desnutrición el año pasado en una clínica del Cuerpo Médico Internacional en la ciudad central de Deir al-Balah tras mostrar señales de debilidad y retraso en el crecimiento.
Si bien mejoró, la frecuente interrupción de los servicios sanitarios y la creciente escasez de alimentos -dado que las fuerzas israelíes, que controlan todos los accesos a Gaza, han mantenido su ofensiva contra los militantes de Hamás- provocaron una recaída, según Ayad.
Solo pesa 11 kilos y tiene problemas para ver, hablar o ponerse de pie.
“Empezó a tener un edema, que es una retención de líquidos que hace que las extremidades y el cuerpo se hinchen y almacenen agua debido a la falta de proteínas y alimentos”, explicó Suzan Marouf, nutricionista terapéutica del Hospital de la Sociedad Benéfica Amigo del Paciente.
La hermana de Jana, Joury, murió el 20 de julio. La niña tenía problemas renales agravados por la desnutrición, según su madre.
La espiral de la crisis humanitaria de Gaza llevó el martes al principal organismo mundial de vigilancia del hambre a considerar que se está desarrollando el peor escenario posible de hambruna, y que es necesario actuar de inmediato para evitar una muerte generalizada.
Las imágenes de niños palestinos demacrados han conmocionado a muchos en todo el mundo.
Las autoridades sanitarias de Gaza han informado de que cada vez mueren más personas por causas relacionadas con el hambre. El total asciende ya a 156, entre ellos 90 niños, la mayoría fallecidos en las últimas semanas.
Ayad esperaba que sus dos hijas puedan ser evacuadas a un lugar seguro para recibir tratamiento fuera de la Franja de Gaza. Las autoridades sanitarias las habían añadido en septiembre a una lista de pacientes prioritarios para un traslado.
Pero no hubo evacuaciones nunca. Aunque ya era demasiado tarde para Joury, su madre aún alberga alguna esperanza para Jana.
“Pido la remisión urgente de Jana lo antes posible para que reciba tratamiento fuera del país”, dijo.
Ante el creciente furor internacional por el calvario de Gaza, Israel anunció el fin de semana medidas para facilitar el acceso de la ayuda. Sin embargo, el Programa Mundial de Alimentos de la ONU dijo el martes que seguía sin obtener los permisos necesarios.
Israel y Estados Unidos acusan a Hamás de robar la ayuda -cosa que el grupo islamista niega- y a la ONU de no impedirlo. Naciones Unidas dice que no ha visto pruebas de que Hamás desvíe mucha ayuda.
Hamás acusa a Israel de provocar hambruna y utilizar la ayuda como arma, lo que el Gobierno israelí niega.
(Reporte de Mahmoud Issa en Gaza; redacción de Charlotte Greenfield; edición en español de Javier López de Lérida)