4 ago (Reuters) – Cientos de miles de personas sitiadas en el último reducto del ejército sudanés en la región occidental de Darfur se están quedando sin alimentos y sufren constantes bombardeos de artillería y drones, mientras que quienes huyen corren el riesgo de contraer el cólera y sufrir violentos ataques.
El Fasher, capital del estado de Darfur del Norte, es la mayor línea de frente que queda en la región entre el ejército sudanés y las Fuerzas paramilitares de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés), que se halla bajo el fuego en un punto crucial de una guerra civil que ya ha entrado en su tercer año.
“La artillería y los drones de las RSF bombardean El Fasher mañana y noche”, dijo un residente a Reuters. La electricidad está completamente cortada, las panaderías cerradas y los suministros médicos escasean, añadió.
“El número de personas que mueren aumenta cada día y se están ampliando los cementerios “, afirmó.
La guerra entre el ejército sudanés y las RSF estalló en abril de 2023, cuando los antiguos aliados se enfrentaron por los planes de integración de sus fuerzas.
Las RSF ganaron terreno rápidamente en el centro de Sudán, incluida la capital, Jartum, pero el ejército las empujó hacia el oeste este año, lo que provocó una intensificación de los combates en El Fasher.
La caída de la ciudad daría a las Fuerzas de Apoyo Rápido el control de casi todo Darfur —una vasta región fronteriza con Libia, Chad, República Centroafricana y Sudán del Sur— y allanaría el camino para lo que, según los analistas, podría ser la división de facto de Sudán.
Asediados junto con el ejército y sus aliados se encuentran cientos de miles de residentes de El Fasher y desplazados por ataques anteriores, muchos de los cuales viven en campos que, según observadores, ya están sumidos en la hambruna.
Una médica, que pidió que no se revelara su nombre por su seguridad, dijo que el hambre era un problema aún mayor que los bombardeos.
“Los niños están desnutridos, los adultos también. Ni siquiera yo he desayunado hoy porque no encuentro nada”, dijo.
Las RSF han bloqueado el suministro de alimentos y los convoyes de ayuda que intentan llegar a la ciudad han sido atacados, según la población local. Los precios de los productos que los comerciantes consiguen introducir de contrabando son más de cinco veces superiores a la media nacional.
Muchas personas han recurrido a comer heno o “ambaz”, un tipo de pienso fabricado con cáscaras de cacahuete, según declararon los residentes a Reuters. Un grupo de defensa de los derechos humanos afirmó que incluso este producto se estaba agotando.
Las Fuerzas de Apoyo Rápido, que tiene sus raíces en las milicias Janjaweed, acusadas de atrocidades en Darfur a principios de la década de 2000, no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
(Información de Nafisa Eltahir, Khalid Abdelaziz y Mohamed Jamal; edición de Andrew Heavens; edición en español de Jorge Ollero Castela)