Por Adriana Barrera
CIUDAD DE MÉXICO, 6 ago (Reuters) – El gobierno de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha colocado de nuevo sobre la mesa la inclusión de hidrocarburos no convencionales en su apuesta para elevar la producción de crudo y gas en el país que había sido desechada absolutamente por su mentor y antecesor, Andrés Manuel López Obrador.
En un ambicioso plan para revitalizar a la petrolera estatal Pemex se establece la evaluación y desarrollo de plays de no convencionales, a los que ahora se denominan de “geología compleja”, como una de las formas para incrementar la producción de hidrocarburos.
Tras una amplia reforma energética en 2014, México intentó explotar los no convencionales, que requieren fracturación hidráulica, o “fracking”, pero las licitaciones a través de las que se intentaron colocar contratos no fueron exitosas.
López Obrador, quien gobernó entre 2018 y 2024, acabó con las licitaciones de contratos petroleros con privados y extranjeros y desechó la posibilidad de explotación a través del “fracking”, condenado por ambientalistas por considerarlo altamente contaminante así como por el uso de grandes cantidades de agua en sus procesos. Y Sheinbaum también había dicho durante su campaña electoral que en su gestión no lo permitiría.
Ahora, el plan de Pemex habla de un “potencial muy importante” para la producción de gas y crudo en yacimientos de “geología compleja” de alrededor de 64,000 millones de barriles de petróleo crudo equivalente (pce) principalmente en las cuencas Tampico-Misantla, Sabinas-Burro Picachos y Burgos.
“Vamos también a abordar todo el potencial geológico que tenemos”, dijo el martes el director de Pemex, Víctor Rodríguez, durante la presentación del plan en la conferencia de prensa diaria de la presidenta Sheinbaum.
Pemex buscar frenar una caída en su producción de crudo, actualmente alrededor de 1.6 millón de bpd, e incrementar la de gas natural, que no es compensada con producción de otros operadores y que hace a México altamente dependiente de las importaciones de Estados Unidos.
“Este tipo de yacimientos tienen el potencial de cambiar el panorama declinante de la producción en México, tal como ha sucedido en EE.UU y está sucediendo en Argentina, si se establecen esquemas de ejecución que favorezcan la inversión privada en la exploración y explotación de estos recursos”, señala la estrategia de Pemex.
El plan contempla una contribución “modesta” de no convencionales entre 2026 y 2028 a la producción nacional de hidrocarburos, pero “volúmenes significativos” a partir del 2029. De acuerdo al esquema, la producción acumulada al 2030 sería de 197 millones de barriles de crudo y 303 miles de millones de pies cúbicos de gas.
Buscando aparentemente de acallar preocupaciones sobre contaminación por “fracking”, el plan para Pemex advierte de los avances tecnológicos de la última década para el diseño, perforación y terminación de pozos para “minimizar” el impacto ambiental y la preservación de cuerpos de agua dulce.
“El fracturamiento hidráulico de hoy no tiene nada que ver con el de hace 20 años”, dijo a Reuters el exconsejero independiente de Pemex, Fluvio Ruiz. “La técnica y la tecnología han cambiado”, añadió.
“De las ventajas de llegar tarde o de habernos esperado (para explotar no convencionales), es que ya hay regulaciones técnicamente muy bien hechas, no hay que inventar el hilo negro”, subrayó.
El plan para Pemex apunta a lograr la autosuficiencia financiera de la endeudada empresa en solo dos años y buscará alianzas con empresas privadas, incluyendo proyectos en aguas profundas.
(Reporte de Adriana Barrera; editado por Ana Isabel Martínez)