El medidor del miedo de la Fed podría apuntar al estancamiento, en vez de a la estanflación

Por Howard Schneider

WASHINGTON, 12 sep (Reuters) – Los responsables de la Reserva Federal, que ya se espera que recorten las tasas de interés la próxima semana, también podrían estar más cerca de zanjar un debate de meses sobre los riesgos de estanflación, después de que los últimos datos mostraron una prolongada debilidad en la contratación y aliviaran las preocupaciones inflacionarias.

El cambio de tono comenzó este verano boreal, con la disidencia en julio de dos gobernadores de la Fed que querían recortar las tasas en ese momento por los riesgos para el mercado laboral, y continuó cuando otros funcionarios empezaron a restar importancia a la inflación y a centrarse más en una economía que se ralentizaba y corría el riesgo de perder puestos de trabajo.

A medida que se acerca la reunión del banco central del 16 y 17 de septiembre, la última serie de datos muestra que la tasa de desempleo subió en agosto al 4,3% y que la economía perdió puestos de trabajo en junio tras una revisión.

Si estos datos hubieran estado disponibles en las estimaciones iniciales de junio, podrían haber influido en la decisión de la Fed del 30 de julio de mantener su tasa de interés de referencia estable en el rango del 4,25%-4,50%, donde está desde diciembre.

Por otro lado, una revisión de referencia del empleo efectuada esta semana indicó que en términos interanuales transcurrido hasta marzo se habían creado casi un millón de puestos de trabajo menos de los comunicados inicialmente.

En agosto, los precios al consumidor subieron más deprisa que el mes anterior, pero las solicitudes iniciales de beneficios por desempleo aumentaron en la última semana, en otra señal de enfriamiento del mercado laboral.

La situación se asemeja a la del verano boreal pasado, cuando la desaceleración de la contratación y las revisiones a la baja de las estimaciones previas provocaron un recorte de las tasas de medio punto porcentual en la reunión de la Fed de septiembre.

Aunque analistas del mercado, incluidos 105 de los 107 economistas en una encuesta reciente de Reuters, esperan solo un recorte de un cuarto de punto porcentual la próxima semana, los últimos datos podrían llevar a los funcionarios a proyectar una caída más rápida y constante de las tasas, mientras pasan de protegerse frente la inflación a defender el mercado laboral.

“La Fed debería recortar 50 puntos básicos la semana que viene… Las condiciones del mercado laboral se están enfriando más rápidamente que a principios de año. El subempleo ha aumentado más rápidamente que la tasa de desempleo. La repercusión de los aranceles no ha sido tan grande como se esperaba. Las expectativas de inflación parecen benignas”, escribió en una nota Neil Dutta, jefe de economía de Renaissance Macro Research.

Pero Dutta añadió que esperaba que el Comité Federal de Mercado Abierto del banco central se comprometiera a una rebaja de 25 puntos básicos “con un compromiso más firme de respaldar el mercado laboral”.

Ese compromiso puede verse en las proyecciones económicas actualizadas de los responsables de política monetaria para la inflación, el desempleo y la tasa de política de la Fed hasta el final de este año y en 2028.

Esas proyecciones trimestrales, que se publicarán con la última declaración el miércoles, son un importante ejercicio de ajuste al mercado en un momento en que el presidente Donald Trump está exigiendo recortes de tasas y tomando medidas para ganar influencia sobre el banco central, incluido el intento de despedir a la gobernadora de la Fed Lisa Cook.

Las últimas proyecciones trimestrales de junio mostraron que los funcionarios de la Fed anticipaban dos recortes de tasas de un cuarto de punto porcentual este año, pero siete de los 19 no esperaban ningún movimiento mientras reflexionaban sobre cómo los aranceles de Trump podrían complicar los esfuerzos para devolver la inflación al objetivo del 2% del banco central.

Incluso se habló en el banco central y en los mercados financieros del riesgo de estanflación, un fenómeno caracterizado por una inflación y un desempleo elevados y un crecimiento económico estancado. La última vez que se produjo en Estados Unidos fue en los años setenta y principios de los ochenta.

Pero los datos de este verano boreal han tendido a mitigar esa preocupación, al tiempo que han aumentado la inquietud sobre la dirección del mercado laboral.

DATOS DE EMPLEO HACEN SALTAR LAS ALARMAS

La repercusión de los aranceles en los precios al consumidor ha sido más moderada de lo esperado. Aunque se espera que la inflación se acelere este año, y podría terminar 2025 un punto porcentual o más por encima del objetivo de la Fed, los responsables monetarios se han vuelto más cómodos con la idea de que cualquier impulso de los aranceles sería un shock de precios de una sola vez que podrían ignorar en gran medida.

El presidente de la Fed, Jerome Powell, calificó ese punto de vista como “un escenario base razonable” en su intervención del mes pasado en una conferencia de investigación de la Fed en Wyoming, y los datos más recientes refuerzan la sensación de que la combinación de mayores impuestos a la importación y frenos a la inmigración puede estar ralentizando la economía más de lo que está impulsando los precios al consumidor.

La reciente revisión del empleo, por su parte, apunta a un aumento sustancialmente menor del empleo a principios de 2025, un momento clave en el que los funcionarios decidieron poner en pausa lo que había sido una esperada serie de recortes de tasas este año ante la preocupación de que los aranceles pudieran reavivar la inflación.

Según las estimaciones disponibles en ese momento, el mercado laboral no era motivo de preocupación. Pero, excluyendo dos meses a finales de 2024, cuando la contratación se disparó en un ataque de exuberancia empresarial tras la elección de Trump en noviembre, los datos revisados muestran que las ganancias de empleo desde abril de 2024 hasta agosto de 2025 pueden haber promediado solo 40.000 al mes, una velocidad de estancamiento virtual para la economía estadounidense.

La tasa de desempleo se ha mantenido relativamente baja, pero solo porque los frenos a la inmigración también han contenido el crecimiento del número de trabajadores disponibles.

Otras señales de alarma van en aumento. La amplitud de la contratación en los distintos sectores se ha reducido a niveles propios de una recesión, y los datos publicados junto con las últimas revisiones del empleo muestran que el número de grandes condados estadounidenses que han creado puestos de trabajo ha alcanzado el nivel más bajo de los últimos 14 años, al margen de la pandemia del COVID-19.

La Fed no declarará la victoria sobre la inflación la semana que viene, dadas las expectativas de subidas de precios más rápidas este año, ni siquiera se comprometerá firmemente con el ritmo de recortes de tasas, dijo Vincent Reinhart, antiguo empleado de la Fed que ahora es economista jefe de BNY Investments.

(Reporte de Howard Schneider; Edición de Dan Burns y Paul Simao)

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