Presos liberados por Trump y exiliados dicen que hubieran preferido quedarse en Bielorrusia

(Corrige nombre de periodista opositora en párrafo 14)

Por Andrius Sytas

VILNA, 12 sep (Reuters) – Los presos bielorrusos liberados el jueves de la cárcel y exiliados a Lituania en un acuerdo mediado por Estados Unidos dijeron a Reuters que estaban confundidos por tener que abandonar su país de origen, sobre todo porque muchos estaban casi a punto de ser liberados de todos modos.

Bielorrusia liberó a 52 presos, entre ellos un empleado de la UE, tras un llamado del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mientras Washington y Minsk estudian un acercamiento que muchos líderes europeos han visto con escepticismo.

La oposición en el exilio dice que los presos políticos liberados deberían tener derecho a permanecer en Bielorrusia en lugar de someterse a lo que dice que son en realidad deportaciones forzosas.

“Quería irme a casa, a mi casa en Bielorrusia. Me trajeron aquí”, dijo a Reuters Aleksandr Mantsevich, uno de los presos liberados, ante la embajada estadounidense en Vilna, adonde fue conducido desde la cárcel bielorrusa.

Alrededor de la mitad de los presos liberados el jueves por el veterano dirigente bielorruso Alexander Lukashenko estaban casi al final de sus condenas, dijo el alto cargo de la oposición Franak Viacorka.

“Imagínense, estaban deseando salir pronto en libertad, y de repente se encuentran deportados, separados de su familia, no tienen pasaporte y no pueden volver”, dijo.

El político opositor Mikola Statkevich, uno de los más destacados de los liberados, se negó a entrar en Lituania el jueves y regresó a Bielorrusia.

Marina Adamovic, su esposa, que se encuentra en Bielorrusia, declaró a Reuters el viernes que no había tenido contacto con él desde entonces.

Viacorka, funcionario de la oposición, dijo que probablemente volvería a ser detenido.

“El régimen de Lukashenko tiene un problema, porque ha salido oficialmente de la cárcel, pero no pueden permitirle volver a casa en Bielorrusia. Probablemente le abrirán otra causa penal”, afirmó Viacorka.

La líder opositora Sviatlana Tsikhanouskaya, que vive en el exilio, afirmó que Occidente debe exigir a Lukashenko que permita a los ex presos políticos permanecer en el país.

“La gente tiene que tener derecho a quedarse en Bielorrusia”, afirmó.

UN SACO SOBRE LA CABEZA

Fuera de la embajada estadounidense en Vilna, muchos dijeron que simpatizaban con la decisión de Statkevich de no marcharse.

“Quiero volver a casa. No puedo imaginar mi vida sin Bielorrusia. Quiero volver a casa”, declaró a Reuters Larysa Shchyrakova, periodista de la oposición que pasó dos años y ocho meses en la cárcel.

“No sé si esto es seguro, pero tengo muchas ganas de volver a casa. He cumplido casi toda mi condena, me quedan cuatro meses, ¿no me he ganado el derecho a vivir en casa?”, preguntó llorando.

Otro ex preso, Pavel Vinogradov, dijo que el sábado iba a reunirse con su hijo por primera vez en cuatro años, pero en lugar de eso se encontró en Lituania.

“Ayer, cuando me pusieron un saco en la cabeza y me llevaron a algún sitio, supe que iba a salir”, dijo. “Espero que al final mi mujer venga aquí y me reúna con mi hijo en la Unión Europea”.

(Reporte de Andrius Sytas en Vilna; edición de Philippa Fletcher. Editado en español por Natalia Ramos)

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