El nuevo primer ministro francés renuncia a la idea de su predecesor de recortar dos días festivos

PARÍS, 13 sep (Reuters) – El nuevo primer ministro francés, Sébastien Lecornu, dijo el sábado que retiraba la propuesta de su predecesor de recortar dos días festivos en el marco de las medidas presupuestarias destinadas a reducir el déficit.

En reacción a la noticia de que la agencia de calificación crediticia Fitch había rebajado el viernes la nota soberana de Francia a A+, el nivel más bajo en la historia de la deuda del país, Lecornu declaró a los diarios locales La Provence y Ouest France: “Estamos pagando la inestabilidad”.

La decisión de Fitch aumenta la presión sobre Lecornu, que apenas lleva unos días en el cargo mientras se esfuerza por formar un gabinete y elaborar un presupuesto para 2026 que pueda ser aprobado por un parlamento profundamente dividido.

Lecornu ya se ha comprometido a encontrar “formas creativas” de trabajar con sus rivales para aprobar un presupuesto que reduzca la deuda, al tiempo que promete nuevas orientaciones políticas, tras asumir el cargo el 10 de septiembre.

“Mi mentalidad es simple: No quiero ni inestabilidad ni estancamiento”, dijo en su primera entrevista desde su toma de posesión.

“Puede que el futuro presupuesto no refleje plenamente mis convicciones (…) De hecho, ¡es casi seguro!”, añadió, pidiendo “discusiones parlamentarias modernas, francas y de alto nivel” con el Partido Socialista, los Ecologistas y el Partido Comunista.

El presidente Emmanuel Macron designó esta semana a Lecornu, un leal conservador, para formar gobierno después de que los legisladores destituyeron al veterano centrista François Bayrou en un voto de confianza sobre sus planes para un recorte presupuestario de 44.000 millones de euros.

Lecornu se convirtió en el quinto primer ministro de Macron en menos de dos años, y se enfrenta a una tarea casi imposible de aprobar un presupuesto reducido en el parlamento —pruebas que llevaron a la destitución de los dos últimos primeros ministros de Francia—.

La deuda francesa se ha visto sometida a presión desde que Bayrou convocó la moción de confianza el mes pasado, acercando los costos de endeudamiento a los de Italia, que soporta la segunda carga de deuda más elevada de la zona euro y una calificación crediticia mucho más baja.

“Cuando las tasas de interés suben, repercuten directamente en las finanzas del Estado, pero también directamente en la vida de los hogares y las empresas. Por eso, el Gobierno tendrá que proponer al parlamento mantener una trayectoria financiera sólida para Francia. Es también una cuestión de soberanía”, añadió Lecornu.

(Reporte de Dominique Vidalon; Editado en Español por Ricardo Figueroa)

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